Es un término genérico para múltiples y variadas afecciones hepáticas que afectan a más de 42 millones de personas solo en México. Esta enfermedad se caracteriza por la acumulación de ácidos grasos y de triglicéridos en las células hepáticas, la grasa visceral se localiza dentro de la cavidad abdominal, filtrándose hasta llegar al hígado alterando así su funcionamiento impidiendo que cumpla con todas sus reacciones químicas y bioquímicas, permitiendo que la enfermedad avance hasta convertirse en cirrosis hepática (No alcohólica) la cual ocasiona fibrosis e inflamación, en este punto puede ser imposible revertir el daño ocasionado al hígado.
Tanto el hígado graso como la esteatosis hepática no alcohólica están relacionados con los siguientes factores:
Dicha afección hepática se encuentra estrechamente ligada a otras enfermedades como lo son:
Las personas con un índice mayor a padecerla (aunque también existen otros casos aislados) son:
Lamentablemente esta enfermedad puede ser silenciosa en la mayoría de los casos, por lo que no es fácil de diagnosticar sin estudios previos por lo que su historial médico, un examen físico y varias pruebas como análisis de sangre, ultrasonidos o biopsia podrían ayudar su diagnóstico.
Si llega a presentar síntomas los más habituales son:
En algunos casos es posible presentar dolor intenso en la zona superior del abdomen, ictericia o la bilirrubina alta.
Para poder diagnosticar correctamente es necesario realizar pruebas de función hepática y análisis de sangre, ultrasonidos para corroborar la presencia de grasa en el hígado y su rigidez, una biopsia hepática para evaluar la gravedad del daño.
Una vez ya diagnosticado se recomienda:
Recuerde que la mejor forma de vencer la enfermedad es previniéndola